lunes, 16 de febrero de 2009

imagen remanente

La imagen remanente. Otro fenómeno relacionado con la adaptación cromática es el de la imagen remanente, que se produce, por ejemplo, cuando miramos con fijeza una caja roja, y después de 20 ó 30 segundos miramos un pedazo de cartón gris. La imagen remanente de la caja roja la vemos más bien de un color azul-verdoso antes que rojo. La explicación de esto es que se han fatigado (o adaptado) las células de la retina receptoras del rojo, y sobre las que incidió la imagen de la caja roja. Por tanto, al mirar la superficie gris las receptoras del rojo respondieron en forma muy débil en comparación con las receptoras del azul y del verde; por eso vimos un color azul-verdoso. Las células receptoras del rojo se recuperan pronto, por lo cual vemos la imagen remanente sólo durante un segundo aproximadamente. Efectos semejantes se producen con otras combinaciones de colores.
Visión defectuosa de los colores. Al igual que sucede con otras características fisiológicas, existen siempre pequeñas diferencias en la visión de los colores de una persona a otra, aunque ambas tengan una visión normal. Por otra parte, hay personas (un 800 de los hombres y un 0,5% de las mujeres) que tienen una visión de los colores defectuosa, la cual en la mayoría de los casos es hereditaria. Estas personas tienen una escasa capacidad para distinguir entre un color y otro.
La forma más común de esta anomalía es la confusión entre los colores rojizos y los verdosos, que a su vez puede ser de dos clases: la primera en la cual la eficiencia luminosa relativa es muy parecida a la de la visión normal, y la segunda en la cual esta eficiencia indica valores mucho más bajos en las zonas amarilla y roja del espectro. Cuando estas dos clases de la anomalía se manifiestan en su forma más extrema se denominan deuteranopía y protanopia respectivamente. Cuando no son tan pronunciadas se llaman deuteranomalía y protanomalia.
Se sabe por la observación de los casos raros en los que sólo un ojo es el defectuoso, que cuando se tienen estas anomalías parece que todos los colores fueran mezclas de amarillo, azul y gris.
En ciertas formas de esta anomalía mucho más raras, no se puede percibir el color azul (tritanopia) o hay una completa ausencia de la percepción de los colores (monocromatismo).
Estos defectos nos dan mucha información sobre los mecanismos de la visión normal de los colores y, al mismo tiempo, constituyen los mayores
obstáculos para que se acepten totalmente las teorías sobre la visión de los colores.
Los métodos para descubrir los defectos de la visión cromática son de dos clases. La primera utiliza pautas coloreadas cuya forma y color debe distinguir el sujeto sometido a examen (por ejemplo, los tests de Ishihara). En la segunda clase se empican aparatos sencillos para combinar los colores (anomaloscopios), en los cuales el sujeto tiene que graduar una combinación de luces con el fin de armonizar un color ordinario.

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